jueves, 17 de septiembre de 2009

solo sabemos intuir

alguien quiere que espíe su orina
por algún agujero
y me reclama el aroma
que creyó instuir hace metros
mira al sudeste y se cree día jueves
y me doy cuenta
que el agua le entra por los ojos
porque no es capaz de llorar,
el plato vacío.

vive, jadea, o respira
ahí es cuando castra su pensamiento
en estar tendida en el cerámico
escuchando las agujas
el único ruido por el que vive
y sabé que ahí está

entre las sombras
la sombra de esta casa palpita
y observa los conflictos del afuera
enroscandose la médula para percibir
los mejores ruidos
los de más lejos
de repente la nieve del ojo izquierdo
desaparece, efímero espejo
que devolvía realidades un instante

te acurrucás en tu casa
y te queda chica
y ahora mirás al noroeste
como los bichos que perforan la madera
taladrando inconscientemente
te acomodás mejor y llegás
al cuadrado sin límites
de tu tierra de pelusas grises
y soñás que hablás.

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miles de textos con mensajes

a parpadeantes pantallas acorta-distancias

con mil imágenes

de la mujer así, en su afán de pensar

y en las órbitas de sus nubes

giran

los sí rotundos y los no con caras de pobres muertos

como quien quiere ser reconocido o nombrado

los no impresionistas, y los sí con cara de miedo.

y ahí giran

pero nadie le da la mano a la mujer

para cruzar la calle

la deben confundir con un árbol

tan enraizada con su cabeza

y sus nubes

es probable que llueva?

digo

alguien puede probar que en mi vida

o la de la mujer

algún día van a llover respuestas?