alguien quiere que espíe su orina
por algún agujero
y me reclama el aroma
que creyó instuir hace metros
mira al sudeste y se cree día jueves
y me doy cuenta
que el agua le entra por los ojos
porque no es capaz de llorar,
el plato vacío.
vive, jadea, o respira
ahí es cuando castra su pensamiento
en estar tendida en el cerámico
escuchando las agujas
el único ruido por el que vive
y sabé que ahí está
entre las sombras
la sombra de esta casa palpita
y observa los conflictos del afuera
enroscandose la médula para percibir
los mejores ruidos
los de más lejos
de repente la nieve del ojo izquierdo
desaparece, efímero espejo
que devolvía realidades un instante
te acurrucás en tu casa
y te queda chica
y ahora mirás al noroeste
como los bichos que perforan la madera
taladrando inconscientemente
te acomodás mejor y llegás
al cuadrado sin límites
de tu tierra de pelusas grises
y soñás que hablás.
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