Intento llevar esto a algun lugar escondido entre unas rocas que sepan guardar algun secreto bien eterno, que pueda besarlo el mar cuantas veces quiera como una delicia delicada, tomarlo de la roca como quien toma un hilo para enhebrarlo, y hacerlo recorrer el mundo acuático, siempre escondido entre el mar y la distancia a su escondite,la roca; y luego con la suavidad que una madre deja a su bebé recién dormido en la cuna, devolverlo, silenciosamente a su guarida preferida, y escoger escaparse en escalera como quien no quiere hacerlo, de esa piedra flotante sobre otras piedras ahogadas. Quizás una roca no sea el mejor escondite para un secreto, pero necesitaba guardarlo en el único lugar donde sepa que estés donde estés, el mar te traerá conmigo de cualquier lugar, por esta exesiva eternidad tan estrecha, en su implacable impulso, te verás recorriendome como una ola incomible, y volveremos al encanto de nuestros encierros entregados.
Y luego vos, y luego yo, con esta exhaustiva existencia enlatada en cuerpos afinados al oido de cuatro paredes, volveremos cautelosamente a depositar nuestro más amable secreto, entre esas rocas, entre ese mar, donde ya sabremos que intenté guardar lo tangible para el alma, lo único que vale, ese desajuste perfecto, nuestra entendida entrega que nunca es todo y sigue siendo,
solo para que nunca deje de serlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario