ni los colores de un cielo
hacen dudar
de un fantasma desvelado
en el tiempo
curtido de esperas y deshoras
y feliz de ser
solo un velo tirado en la cama
en el piso de madera
sonriendo con el charco
de agua derramada
mostrando los dientes
sonriendole a tu cara
sin el velo
sentando en tu almohada
de sueños aparecidos
y encontrados acá
en el sitio donde todo está
tan claro
como cada color del arcoiris.
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